viernes, 3 de mayo de 2013

... y entonces se rompió la mampara.

Ayer estaba raro. Enfadado sin saber por qué.

Entonces sucedió:  desde el cuarto de baño oigo a mi chica llamándome a gritos: "¡ven, corre! ¡se está rompiendo la mampara!"  Me faltaban piernas para correr. Entro en el baño y la veo,  preciosa, desnuda, aguantando como podía una de las tres hojas de cristal de la mampara que se estaba descolgando de la guía y a punto de caer hacia la bañera.
Acabé de descolgar el cristal, desmonté el trozo de guía que lo aguantaba y me lo llevé fuera del cuarto de baño para alejar el peligro.
Es una mampara de calidad y no lleva ni tres años instalada.
Enseguida vi el problema: el tornillo que sujeta el perfil de aluminio que sirve de marco para la hoja de cristal, estaba fuera de sitio. No estaba oxidado, ni torcido, ni defectuoso, ni desgastado. Simplemente estaba mal montado desde el principio. Había aguantado mucho tiempo, pero al final se había soltado y casi provoca un desastre.
Pero fue suficiente desmontar completamente la estructura y volverla a montar bien para que quedase como nueva. Mejor que nueva.
No hubo que cambiar ninguna pieza: solo ponerlas bien.

Entonces caí en la cuenta de que hace tiempo, yo también rompí algo. Pero las piezas también eran de calidad y solo tuvimos que volver a montarlas bien. Y la pieza fundamental estaba hoy, conmigo, llamándome desde el cuarto de baño porque se estaba rompiendo la mampara.


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